URANO.
Urano, ‘dios de los cielos’ en la mitología griega, es en la
realidad un planeta gigante gaseoso azul situado a más de 3.200 millones de
kilómetros de la Tierra. En esta ilustración, basada en fotos reales, lo vemos
rodeado de sus principales lunas; de mayor a menor (tal como aparecen en la
imagen aunque no son esas sus proporciones reales): Ariel, Miranda, Titania,
Oberón y Umbriel. Estas cinco lunas eran los únicos satélites conocidos de
Urano hasta la llegada de la sonda interplanetaria Voyager 2 en 1986. Los
satélites más grandes son Titania y Oberón, ambos con poco más de 1.500 km de
diámetro, aproximadamente la mitad del tamaño de nuestra Luna. Al contrario que
en el caso de otros cuerpos del Sistema Solar los nombres de las lunas de Urano
no están tomados de la mitología greco-romana, sino de personajes de obras
literarias del gran William Shakespeare y del poeta, también británico,
Alexander Pope. [Ilustración: NASA/JPL, basada en fotos captadas en 1986 por el
Voyager 2]
Con un diámetro (51.118 km) que
casi exactamente cuadruplica el de la Tierra (12.757 km) y similar al de
Neptuno (49.575 km), Urano es uno de los cuatro planetas gigantes del Sistema
Solar junto con Júpiter, Saturno y el citado Neptuno. Al igual que ellos Urano
dispone de un sistema de satélites propio de los que conocemos al menos 27. A
pesar de todos estos datos se podría decir que Urano y sus satélites son quizá
los “grandes desconocidos” de nuestro entorno cósmico más cercano (en
magnitudes astronómicas). Para paliar tal impresión os hemos mostrado este
montaje gráfico, basado en fotografías reales enviadas por la sonda interplanetaria
(ahora interestelar) Voyager 2 en 1986, única sonda terrestre que ha llegado
hasta Urano y sus lunas…
Trayectoria
interplanetaria de las naves Voyager 1 y 2 (1977-1989).
[Clic en la imagen para ampliar. Infografía:
Paco Arnau (2000) / Ciudad futura]
El Voyager 2, lanzado desde Cabo Cañaveral por la
NASA en sus “buenos tiempos” (1977), alcanzó Urano hace ya prácticamente 15
años, en 1986, y posteriormente Neptuno en 1989; todo ello gracias a una
maniobra de aceleración y corrección de trayectoria que, aprovechando el campo
gravitatorio de Saturno, fue efectuada en 1981 [véase al respecto nuestra
infografía sobre su trayectoria interplanetaria].
En el espectro cromático que pueden captar nuestros
ojos Urano muestra un color azul verdoso más uniforme y menos saturado que el
intenso azul de Neptuno o el de la propia Tierra. Urano tiene además un sistema
de anillos orbitales, aunque éste es mucho más tenue que el de Saturno; razón
por la que no es visible en nuestro espectro visual desde la lejanía. Pero eso
tiene remedio gracias a la ciencia y a la tecnología…
La imagen inferior en falso color —captada en 1998
por el telescopio orbital Hubble— nos “descubre” esos anillos así como las
nubes y dinámicas atmosféricas de Urano gracias a una cámara espectrométrica
(Near Infrared Camera and Multi-Object Spectrometer). Otra de las
peculiaridades de Urano es la gran inclinación de su eje de rotación en
relación con el plano de su órbita: da vueltas al Sol (una órbita cada 84 años
terrestres) prácticamente “tumbado”, tal y como se puede apreciar en la imagen.
Aparte de los anillos en esta imagen se pueden observar sistemas nubosos,
alguno más grande que nuestra Luna, desplazándose a una velocidad aproximada de
500 km/h (las áreas de tono más rojizo), así como nueve de los satélites de
este “discreto” gigante del Sistema Solar. [Créditos de la imagen inferior:
Erich Karkoschka (Universidad de Arizona) y NASA]
saturno
Urano - El Universo
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