El
reloj atómico
Un reloj atómico es un tipo de reloj que utiliza
una frecuencia de resonancia atómica normal para alimentar su contador. Los
primeros relojes atómicos tomaban su referencia de un Máser. Las mejores
referencias atómicas de frecuencia (o relojes) modernas se basan en físicas más
avanzadas que involucran átomos fríos y las fuentes atómicas. Las agencias de
las normas nacionales mantienen una exactitud de 10-9 segundos por día, y una
precisión igual a la frecuencia del transmisor de la radio que bombea el máser.
Los relojes atómicos mantienen una escala de tiempo continua y estable, el
Tiempo Atómico Internacional (TAI). Para el uso cotidiano, se disemina otra
escala de tiempo, el Tiempo Universal Coordinado (UTC). El UTC se deriva del
TAI, pero se sincroniza usando segundos de intercalación con el Tiempo
Universal (UT1), el cual se basa en el paso del día y la noche según las
observaciones astronómicas.
El primero fue construido en 1948 por el Willard
Frank Libby de los EEUU basándose en las ideas sobre un fenómeno extremadamente
regular, la resonancia magnética molecular y atómica, del Nobel Isidor Isaac
Rabi aunque la precisión conseguida por el amoníaco (molécula utilizada por el
prototipo del NIST) no era muy superior a los estándares de la época basados en
osciladores de cuarzo.
Hoy los mejores patrones de frecuencia atómicos se
basan en las propiedades físicas que tienen las fuentes de emisión de cesio. El
primer reloj atómico de cesio fue construido en 1955 en el Laboratorio Nacional
de Física (NLP), en Inglaterra. Sus creadores fueron Louis Essen y John V.L Parry.
En el año 1967 los relojes atómicos basados en
cesio habían conseguido fiabilidad suficiente como para que la Oficina
Internacional de Pesas y Medidas eligiera la frecuencia de vibración atómica de
los dispositivos creados y perfeccionados por Essen como nuevo patrón base para
la definición de la unidad de tiempo físico. Según este patrón, un segundo se
corresponde con 9.192.631.770 ciclos de la radiación asociada a la transición
hiperfina desde el estado de reposo del isótopo de cesio-133. La precisión
alcanzada con este tipo de reloj atómico es tan elevada que admite únicamente
un error de un segundo en 30.000 años. El reloj más preciso del mundo se diseña
en el Observatorio de París, donde los actuales relojes atómicos tardan 52
millones de años para desfasarse un segundo. El nuevo objetivo de la
investigación francesa es aumentar ese plazo a 32 mil millones de años. El
estándar actual de los relojes atómicos en activo permite el atraso de un
segundo cada 3.700 millones de años (NIST EU).
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fuente:Wikipedia
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