8 de mayo de 2012

vivir en la luna.

Colonia espacial rusa vivirá en cuevas en la Luna.
Rusia está planeando desarrollar una colonia especial en la Luna, dentro de unas cuevas encontradas en este satélite. Puede escucharse gracioso, pero los astronautas vivirán al estilo “cavernicola” dentro de estas cuevas.
Rusia es uno de los países involucrados en el desarrollo espacial, cuenta con un programa para astronautas y ahora mismo varios integrantes de su equipo se encuentran en la Estación Espacial Internacional, así como explorando otras partes del espacio.
Los investigadores espaciales recibieron unas imágenes de satélites que muestran que podría haber cuevas en la Luna, y aquí es donde quieren que sus astronautas vivan.
Krikalyov, jefe del centro de entrenamiento de astronautas en Rusia, declaró que una nave espacial japonesa tomó una foto en el 2008 donde encontraron un agujero en la superficie de la Luna, esto podría llevar a túneles creados por la lava de antiguos volcanes que existieron en este satélite.
Explican que estas cuevas podrán brindar protección de la radiación espacial y lluvias de meteoritos, si es que son selladas con alguna capa dura. Boris Kryuchkov, del centro de entrenamiento de Star City comentó que la primera colonia lunar de Rusia podría construirse en el 2030.
Todavía falta mucho tiempo para que esto llegue a suceder, pero por lo tanto el equipo de desarrollo espacial en Rusia seguirá en investigaciones para poder crear estas colonias y que el grupo de astronautas de este país se quede a vivir un tiempo en la Luna. Sin duda el desarrollo tecnológico será de gran ayuda para este proyecto espacial.

Diseño argentino para vivir en la Luna.

El ingeniero argentino que ya diseñó trajes espaciales para la NASA ganó el concurso para desarrollar una estructura donde sea posible permanecer seis meses en la superficie lunar. Los equipos se probarán en 2015 y podrían estar en la Luna en 2020.
                                   Una maqueta del equipo diseñado por De León, a partir de la cual elaborará el prototipo.
Las primeras viviendas que se erijan en la Luna serán argentinas; también serán argentinos los primeros vehículos presurizados que circularán en la superficie lunar, y ya son argentinas las primeras exageraciones periodísticas al respecto. Lo cierto es que un argentino, el ingeniero Pablo de León, ha sido designado por la NASA para diseñar una serie de sistemas de hábitat y transporte apropiados para permanecer por lo menos seis meses en la Luna. Esto incluye una especie de casita inflable, que los astronautas llevarán plegada en su nave y armarán en el lugar de alunizaje, y también un vehículo terrestre con cabina hermética, que les permitirá desplazarse por la superficie sin necesidad de trajes espaciales. Para cuando finalmente salgan con los trajes, se pondrá a punto un sistema para impedir que, al volver, el vehículo y las instalaciones se contaminen con el terrible polvo lunar, capaz de corroer los mecanismos. De León dirige el Laboratorio de Trajes Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte y ya había ganado varios concursos para diseñar trajes del espacio. Los primeros vuelos del nuevo programa lunar se prevén para 2015, y para 2020 los productos del ingeniero argentino podrán estar en la Luna.
Las primeras viviendas que se erijan en la Luna serán argentinas; también serán argentinos los primeros vehículos presurizados que circularán en la superficie lunar, y ya son argentinas las primeras exageraciones periodísticas al respecto. Lo cierto es que un argentino, el ingeniero Pablo de León, ha sido designado por la NASA para diseñar una serie de sistemas de hábitat y transporte apropiados para permanecer por lo menos seis meses en la Luna. Esto incluye una especie de casita inflable, que los astronautas llevarán plegada en su nave y armarán en el lugar de alunizaje, y también un vehículo terrestre con cabina hermética, que les permitirá desplazarse por la superficie sin necesidad de trajes espaciales. Para cuando finalmente salgan con los trajes, se pondrá a punto un sistema para impedir que, al volver, el vehículo y las instalaciones se contaminen con el terrible polvo lunar, capaz de corroer los mecanismos. De León dirige el Laboratorio de Trajes Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte y ya había ganado varios concursos para diseñar trajes del espacio. Los primeros vuelos del nuevo programa lunar se prevén para 2015, y para 2020 los productos del ingeniero argentino podrán estar en la Luna.
“El hábitat inflable –explicó De León a Página/12– es un cilindro de tres metros de diámetro por diez de largo. Se transporta plegado y, después del alunizaje, se lo dispone en comunicación con la nave, de modo que los astronautas tengan libre tránsito sin necesidad de traje espacial. Tendrá un esqueleto metálico que permitirá organizarlo en distintos compartimientos, disponibles para diversas funciones y que otorgarán privacidad.”
El segundo encargo de la NASA es “un vehículo motorizado, parecido a los autitos que veíamos por la tele en las misiones Apolo, pero con la diferencia de que llevará un módulo presurizado, para que sus ocupantes no necesiten usar traje espacial. Esto permitirá exploraciones que se alejen bastante de la base lunar; incluso se podrá dormir en el vehículo –explicó De León—. El traje espacial sólo se lo pondrán para salir al exterior”.
Cuando salgan del autito lunar y, sobre todo, cuando vuelvan, habrá que prevenir un problema que conoce todo aquel que haya visitado, pongamos, el balneario de Mar de Ajó: cuando salimos a la playa está todo bien, pero, cuando volvemos, el auto se nos llena de arena. La Luna es muy parecida a Mar de Ajó, con el agravante de que “el polvo lunar es altamente abrasivo: se pega en los diferentes sistemas mecánicos, es uno de los problemas más graves en exploración lunar”, advirtió De León. La solución que su equipo desarrollará es “un diseño por el cual el traje se transporta en la parte de afuera del vehículo; cuando el astronauta quiere salir, entra al traje por atrás, se lo pone y, mediante un doble juego de puertas herméticas, pasa al exterior; al regresar, repite el procedimiento, de modo que el traje, con el polvo lunar adherido a su exterior, vuelve a quedar en la parte de afuera del vehículo”.
Esto requerirá una nueva generación de trajes espaciales, especialmente diseñada para la Luna y llamada NDX-2. La que ya vienen utilizando los astronautas, NDX-1, también fue diseñada por el equipo de De León.
Otro de los problemas que deberán enfrentar los humanos en la Luna es el de la radiación solar: “En el proyecto Apolo, la estadía lunar era de un día o poco más, pero, si se quiere permanecer varios meses, hay que protegerse ante la probabilidad de períodos de mucha actividad solar”, observó De León. La solución que se ensayará consiste en “cubrir los hábitat con polvo lunar, de modo que éste actúe como escudo contra la radiación: haremos simulaciones de este procedimiento en una zona desértica de Estados Unidos”.
Desde hace cinco años, el laboratorio dirigido por De León obtuvo diversos contratos de la NASA para el diseño y fabricación de trajes espaciales, “pero éste es el más importante, que implica más tiempo y responsabilidades”. El trabajo, que incluirá la construcción de prototipos para cada dispositivo, durará “entre dos años y medio y tres años”.
La nueva nave espacial que volará a la Luna empezará a probarse en 2015 y la primera expedición de la nueva serie podría tener lugar antes de 2020.

Por Pedro Lipcovich.
 pagina12.

                                                    LA LUNA.



                                                          Moonlighting








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