Colonia
espacial rusa vivirá en cuevas en la Luna.
Rusia está planeando desarrollar
una colonia especial en la Luna, dentro de unas cuevas encontradas en este
satélite. Puede escucharse gracioso, pero los astronautas vivirán al estilo
“cavernicola” dentro de estas cuevas.
Rusia es uno de los países
involucrados en el desarrollo espacial, cuenta con un programa para astronautas
y ahora mismo varios integrantes de su equipo se encuentran en la Estación
Espacial Internacional, así como explorando otras partes del espacio.
Los investigadores espaciales
recibieron unas imágenes de satélites que muestran que podría haber cuevas en
la Luna, y aquí es donde quieren que sus astronautas vivan.
Krikalyov, jefe del centro de
entrenamiento de astronautas en Rusia, declaró que una nave espacial japonesa
tomó una foto en el 2008 donde encontraron un agujero en la superficie de la
Luna, esto podría llevar a túneles creados por la lava de antiguos volcanes que
existieron en este satélite.
Explican que estas cuevas podrán brindar protección
de la radiación espacial y lluvias de meteoritos, si es que son selladas con
alguna capa dura. Boris Kryuchkov, del centro de entrenamiento de Star City
comentó que la primera colonia lunar de Rusia podría construirse en el 2030.
Todavía falta mucho tiempo para que esto llegue a
suceder, pero por lo tanto el equipo de desarrollo espacial en Rusia seguirá en
investigaciones para poder crear estas colonias y que el grupo de astronautas
de este país se quede a vivir un tiempo en la Luna. Sin duda el desarrollo
tecnológico será de gran ayuda para este proyecto espacial.
Diseño argentino para vivir en la Luna.
El ingeniero
argentino que ya diseñó trajes espaciales para la NASA ganó el concurso para
desarrollar una estructura donde sea posible permanecer seis meses en la
superficie lunar. Los equipos se probarán en 2015 y podrían estar en la Luna en
2020.
Una maqueta del equipo diseñado por De
León, a partir de la cual elaborará el prototipo.
Las primeras viviendas que se erijan en la Luna
serán argentinas; también serán argentinos los primeros vehículos presurizados
que circularán en la superficie lunar, y ya son argentinas las primeras
exageraciones periodísticas al respecto. Lo cierto es que un argentino, el
ingeniero Pablo de León, ha sido designado por la NASA para diseñar una serie
de sistemas de hábitat y transporte apropiados para permanecer por lo menos
seis meses en la Luna. Esto incluye una especie de casita inflable, que los
astronautas llevarán plegada en su nave y armarán en el lugar de alunizaje, y
también un vehículo terrestre con cabina hermética, que les permitirá
desplazarse por la superficie sin necesidad de trajes espaciales. Para cuando
finalmente salgan con los trajes, se pondrá a punto un sistema para impedir
que, al volver, el vehículo y las instalaciones se contaminen con el terrible
polvo lunar, capaz de corroer los mecanismos. De León dirige el Laboratorio de
Trajes Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte y ya había ganado
varios concursos para diseñar trajes del espacio. Los primeros vuelos del nuevo
programa lunar se prevén para 2015, y para 2020 los productos del ingeniero
argentino podrán estar en la Luna.
Las primeras
viviendas que se erijan en la Luna serán argentinas; también serán argentinos
los primeros vehículos presurizados que circularán en la superficie lunar, y ya
son argentinas las primeras exageraciones periodísticas al respecto. Lo cierto
es que un argentino, el ingeniero Pablo de León, ha sido designado por la NASA
para diseñar una serie de sistemas de hábitat y transporte apropiados para
permanecer por lo menos seis meses en la Luna. Esto incluye una especie de
casita inflable, que los astronautas llevarán plegada en su nave y armarán en
el lugar de alunizaje, y también un vehículo terrestre con cabina hermética,
que les permitirá desplazarse por la superficie sin necesidad de trajes
espaciales. Para cuando finalmente salgan con los trajes, se pondrá a punto un
sistema para impedir que, al volver, el vehículo y las instalaciones se
contaminen con el terrible polvo lunar, capaz de corroer los mecanismos. De
León dirige el Laboratorio de Trajes Espaciales de la Universidad de Dakota del
Norte y ya había ganado varios concursos para diseñar trajes del espacio. Los
primeros vuelos del nuevo programa lunar se prevén para 2015, y para 2020 los
productos del ingeniero argentino podrán estar en la Luna.
“El hábitat inflable –explicó De León a Página/12–
es un cilindro de tres metros de diámetro por diez de largo. Se transporta
plegado y, después del alunizaje, se lo dispone en comunicación con la nave, de
modo que los astronautas tengan libre tránsito sin necesidad de traje espacial.
Tendrá un esqueleto metálico que permitirá organizarlo en distintos
compartimientos, disponibles para diversas funciones y que otorgarán
privacidad.”
El segundo encargo de la NASA es “un vehículo
motorizado, parecido a los autitos que veíamos por la tele en las misiones
Apolo, pero con la diferencia de que llevará un módulo presurizado, para que
sus ocupantes no necesiten usar traje espacial. Esto permitirá exploraciones
que se alejen bastante de la base lunar; incluso se podrá dormir en el vehículo
–explicó De León—. El traje espacial sólo se lo pondrán para salir al
exterior”.
Cuando salgan del autito lunar y, sobre todo,
cuando vuelvan, habrá que prevenir un problema que conoce todo aquel que haya
visitado, pongamos, el balneario de Mar de Ajó: cuando salimos a la playa está
todo bien, pero, cuando volvemos, el auto se nos llena de arena. La Luna es muy
parecida a Mar de Ajó, con el agravante de que “el polvo lunar es altamente
abrasivo: se pega en los diferentes sistemas mecánicos, es uno de los problemas
más graves en exploración lunar”, advirtió De León. La solución que su equipo
desarrollará es “un diseño por el cual el traje se transporta en la parte de
afuera del vehículo; cuando el astronauta quiere salir, entra al traje por
atrás, se lo pone y, mediante un doble juego de puertas herméticas, pasa al
exterior; al regresar, repite el procedimiento, de modo que el traje, con el
polvo lunar adherido a su exterior, vuelve a quedar en la parte de afuera del
vehículo”.
Esto requerirá una nueva generación de trajes
espaciales, especialmente diseñada para la Luna y llamada NDX-2. La que ya
vienen utilizando los astronautas, NDX-1, también fue diseñada por el equipo de
De León.
Otro de los problemas que deberán enfrentar los
humanos en la Luna es el de la radiación solar: “En el proyecto Apolo, la
estadía lunar era de un día o poco más, pero, si se quiere permanecer varios
meses, hay que protegerse ante la probabilidad de períodos de mucha actividad
solar”, observó De León. La solución que se ensayará consiste en “cubrir los
hábitat con polvo lunar, de modo que éste actúe como escudo contra la
radiación: haremos simulaciones de este procedimiento en una zona desértica de
Estados Unidos”.
Desde hace cinco años, el laboratorio dirigido por De León obtuvo
diversos contratos de la NASA para el diseño y fabricación de trajes
espaciales, “pero éste es el más importante, que implica más tiempo y
responsabilidades”. El trabajo, que incluirá la construcción de prototipos para
cada dispositivo, durará “entre dos años y medio y tres años”.
La nueva nave espacial que volará
a la Luna empezará a probarse en 2015 y la primera expedición de la nueva serie
podría tener lugar antes de 2020.
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