No importa cuán oscura sea la noche, espero el alba, y aquéllos que viven en el día esperan la noche. Por tanto, regocíjate, y mantente íntegro, si puedes, y devuelve amor por amor.
Giordano Bruno
Un astrónomo aficionado afirma que ha encontrado lo que él asegura que
es un ratón en plena superficie de Marte. ¿Acaso es esta fotografía una prueba
de vida en el planeta rojo?
La imagen original fue tomada por el Curiosity recientemente. El
hombre, un 'cazador de ovnis', ha difundido las imágenes de su 'hallazgo' y ha
causado conmoción en las redes sociales.
Según este astrónomo, en la parte superior se puede observar el
presunto ratón: orejas, cola y hocico...
Muchos comentan acerca de la peculiar forma oscura y debaten si en
realidad podría ser un ser vivo o simplemente una roca o sombra. Los más
atrevidos llevan el análisis al siguiente nivel afirmando que no solo es ratón,
sino que es gigante.
No es la primera vez que una foto sobre un supuesto ser vivo en Marte
se viraliza. En agosto de este año, una imagen de un 'cangrejo marciano' causó
furor en las redes sociales.
Poco después, los científicos explicaron que la razón por la
que muchos veían un cangrejo en la imagen es la pareidolia: es un fenómeno
psicológico donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es
percibido erróneamente como una forma reconocible. Una explicación de este
fenómeno, conforme al funcionamiento del cerebro, es descrito por Jeff Hawkins
en su teoría de memoria-predicción.
La explicación, después de todo, es lógica. Seth Shostak,
astrónomo y director del Centro de Investigación SETI, dice que cada semana
reciba imágenes similares y que quienes las envían aseguran ver cosas que uno
no esperaría hallar en la superficie marciana. Pero la verdad es la pareidolia,
una función similar bastante útil para la supervivencia .Para identificar
depredadores, por ejemplo, pero poco útil para 'descubrir' vida en Marte.
Confirma la NASA existencia de un exoplaneta habitable.
Diagrama difundido por la NASA, en el
que se compara el sistema solar con el del exoplaneta Kepler 22b
En otro avance hacia la búsqueda de planetas
similares a la Tierra capaces de albergar vida, la agencia espacial estadunidense
NASA anunció el lunes que el telescopio espacial Keplerconfirmó por primera vez
la existencia de un planeta habitable fuera del sistema solar.
Kepler 22b, detectado en 2009 y ubicado a unos 600
años luz de la Tierra, es el primer exoplaneta confirmado por la agencia
espacial estadunidense como apto para la vida.
Los astrónomos vieron pasar el exoplantea delante
de su estrella tres veces y que las condiciones para la vida son adecuadas en
términos de agua, temperatura y atmósfera.
Ni significa que los especialistas sepan a ciencia
cierta que realmente existe vida allí.
Ahora tenemos una confirmación positiva del planeta
Kepler 22b, dijo a periodistas Bill Borucki, investigador principal de Kepler
en el Centro de Investigación Ames de la NASA.
Estamos seguros de que está en la zona habitable y
de que posee una superficie que debería tener una temperatura agradable, dijo.
Kepler 22b tiene 2.4 veces el radio de la Tierra,
lo cual lo incluye en el grupo de los planetas denominados superterrestres, y
gira alrededor de su estrella similar al Sol cada 290 días.
Los científicos estiman que la temperatura en la
superficie es de 22 grados Celsius, pero no saben si es rocoso, gaseoso o
líquido.
El primer paseo del planeta frente a su estrella
fue captado poco después de que la NASA lanzó su telescopio espacial Kepler, en
marzo de 2009.
Primera misión de su tipo
La agencia espacial también anunció que Kepler ha
descubierto otros mil 94 posibles exoplanetas, el doble del número que se había
rastreado, según un estudio presentado en una conferencia en California esta
semana.
Kepler es la primera misión de la NASA en busca de
planetas como la Tierra orbitando estrellas similares al Sol.
Este telescopio espacial, que costó a la NASA unos
600 millones de dólares, está equipado con la cámara más grande jamás enviada
al espacio y se espera que continúe transmitiendo información a la Tierra por
lo menos hasta noviembre de 2012.
Kepler busca planetas tan pequeños como la Tierra,
incluidos los que orbitan estrellas en una zona cálida y habitable donde podría
existir agua líquida en la superficie.
Con Kepler 22b son tres los exoplanetas confirmados
por científicos en todo el mundo que podrían sustentar la vida.
Astrónomos franceses ya habían confirmado en mayo
el primer exoplaneta rocoso que reúne las condiciones claves para la vida, el
Gliese 58ld.
Además, astrónomos suizos informaron en agosto de
otro planeta, el HD85512b, ubicado a unos 36 años luz de distancia, como
potencialmente habitable.
Sin embargo, estos dos planetas orbitan estrellas
más pequeñas y más frías que el Sol, dijo la NASA en un comunicado, y destacó
que Kepler 22b “es el más pequeño hallado hasta ahora que gira en el centro de
la zona habitable de una estrella similar a nuestro Sol.
Tamaño de los planetas de Kepler.
Estamos emocionados por esto. Necesitamos que todos los telescopios observen a estos (posibles exoplanetas similares a la Tierra) para que podamos confirmar la mayor cantidad posible, dijo a periodistas Natalie Batalha, del equipo de científicos de Kepler en la Universidad de San José.
Un total de 48 exoplanetas y exolunas tendrían capacidad para albergar vida fuera del sistema solar, entre un total de 2 mil 326 planetas potnciales identificados por Kepler, según la clasificación del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria (PHL, por su siglas en inglés) de la Universidad de Puerto Rico, en Arecibo.
El Catálogo de Exoplanetas Habitables (HEC), disponible en línea en phl.upr.edu, es el primero en clasificar los exoplanetas y exolunas de acuerdo con su habitabilidad.
Los rankings dan a los científicos la capacidad de comparar los exoplanetas de mejores a peores candidatos para la vida, dijo Abel Méndez, director del PHL y principal investigador de este proyecto.
Los tamaños comparativos de los
planetas de Kepler, a través de Kepler-22b. Crédito: NASA / misión Kepler /
Wendy Stenzel
fuente:NASA.
The Promise of
Kepler-22b
The Police - Full Concert - 06/15/86 - Giants Stadium (OFFICIAL)
El Sputnik lanzado el 4 de octubre de 1957 por la Unión
Soviética fue el primer satélite artificial de la historia. En 1885 Konstantin
Tsiolkovsky fue el primero en escribir en su libro "Sueños de la Tierra y
el Cielo" (ISBN 1414701632) cómo un satélite podía ser lanzado dentro de
una órbita de poca altitud.
El Sputnik 1 tenía una masa aproximada de 83 kg, contaba con
dos transmisores de radio (20,007 y 40,002 MHz) y orbitó la Tierra a una
distancia de entre 938 km en su apogeo y 214 km, en su perigeo. El análisis de
las señales de radio se usó para obtener información sobre la concentración de
los electrones en la ionosfera. La temperatura y la presión se codificaron en
la duración de los pitidos de radio que emitía, indicando que el satélite no
había sido perforado por un meteorito. El Sputnik 1 se lanzó con el vehículo de
lanzamiento R-7 y se incineró durante su reentrada el 4 de enero de 1958.
El Sputnik 1 fue el primero de varios satélites lanzados por
la Unión Soviética durante su programa Sputnik, la mayoría de ellos con éxito.
Le siguió el Sputnik 2, como el segundo satélite en órbita y también el primero
en llevar a un animal a bordo, una perra llamada Laika. El primer fracaso lo
sufrió el Sputnik 3.
Laika.
La perra Laika (en ruso Лайка, 'que ladra'), fue el
primer animal vivo en órbita alrededor de la Tierra. Lo hizo a bordo de la nave
soviética Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957, un mes después de que el
satélite Sputnik 1 fuera puesto en órbita.
Al igual que otros animales en el espacio, Laika
murió entre cinco y siete horas después del lanzamiento, bastante antes de lo
planeado. La causa de su muerte, que no fue revelada sino hasta décadas después
del vuelo (2002), fue, probablemente, una combinación del estrés sufrido y el
sobrecalentamiento que, tal vez, fue ocasionado por un desperfecto del sistema
de control térmico de la nave. Aunque Laika no sobrevivió al viaje, su
experiencia demostró que es posible que un organismo soporte las condiciones de
microgravedad, abriendo camino así a la participación humana en vuelos
espaciales. Tras Laika, la URSS envió al espacio 12 perros de los cuales 5
llegarían vivos de vuelta a la Tierra.
Tras el éxito del Sputnik 1, el líder soviético
Nikita Jrushchov solicitó que se lanzara un segundo satélite artificial al
espacio para el día del cuadragésimo aniversario de la revolución bolchevique,
el 7 de noviembre de 1957. Cuando se recibió esta solicitud, ya se estaba
construyendo un satélite más sofisticado, pero que no estaría listo sino hasta
un mes después de la fecha requerida, por lo que fue descartado. El satélite
descartado, sería el Sputnik 3.1
Fue necesario entonces construir otro satélite
menos complicado, para poder cumplir con la fecha límite de noviembre. La
decisión de lanzar el satélite fue tomada el 10 o 12 de octubre, lo cual dejaba
al equipo de construcción con escasas cuatro semanas para construir el nuevo
artefacto.2 La apresurada construcción del Sputnik 2 se vio complicada por el
hecho de que esta vez se pretendía llevar a una criatura viva en su interior,
en sólo cuatro semanas.3
La nave estaba equipada con instrumentos para medir
la radiación solar y los rayos cósmicos, un sistema de generación de oxígeno,
acompañado de sistemas para absorber dióxido de carbono, y otro para evitar el
envenenamiento por oxígeno, también conocido como el efecto de Paul Bert. Se
añadió un ventilador que operaba cuando la temperatura de la nave superaba los
15 °C, para mantener la temperatura del animal. Además, el satélite fue
provisto con comida suficiente para un vuelo de siete días. La comida estaba en
forma de gelatina.
También se diseñó un "traje espacial"
para Laika. El animal fue equipado con una bolsa para almacenar sus desechos, y
con un arnés que limitaba sus movimientos a sentarse, ponerse de pie o
acostarse, ya que en la cabina no había espacio para dar vueltas. La frecuencia
cardíaca de Laika podía ser monitorizada desde la Tierra, y otros instrumentos
medían su ritmo respiratorio, presión arterial y sus movimientos.
El mono ardilla "Baker", que voló en un misil tipo Júpiter (representado en maqueta).
Una gran cantidad de animales fueron enviados al espacio con el objetivo de probar la supervivencia en los vuelos espaciales antes de intentar las primeras misiones espaciales tripuladas con humanos. Algunos, como la perra Laika que fue el primer animal en órbita, tomaron trascendencia mediática, otros en cambio no fueron tan conocidos, pero tuvieron una gran importancia en la evolución del conocimiento científico del espacio. En este articulo repasamos a las principales especies que han estado en el espacio.
Las Moscas
Los primeros animales enviados al espacio fueron moscas de la fruta, que partieron con semillas de maíz a bordo de un cohete V-2 a mediados de julio de 1946. El propósito del experimento era investigar sobre los efectos de la exposición a la radiación y a la elevada altitud.
Los Monos
Albert II, un mono de Rhesus, fue el primer simio enviado al espacio, tripulando un cohete V-2 lanzado desde los Estados Unidos en el 1949. Albert II murió en una colisión, después de que el sistema de paracaídas fallase.
Desde entonces, se han enviado muchos monos al espacio, especialmente en los años 50 y 60. Los monos iban al espacio con sensores que medían sus signos vitales, y con frecuencia eran anestesiados durante el vuelo.
Después de un breve viaje por la órbita terrestre, Ham, amerizó en el Océano Atlántico. El y su cápsula fueron recuperados por un barco de rescate. Sólo sufrió una pequeña lesión en la nariz durante su vuelo.
Los monos "Able" y "Baker" fueron los primeros monos en sobrevivir a un viaje espacial en 1959. El 28 de mayo de ese año, el misil balístico intercontinental AM-18 transportó a "Able", un mono de Rhesus (de 3,18 kg de peso) y a un mono ardilla peruano de 310 gramos llamado "Baker". Los monos volaron en la cápsula frontal del misil (donde teóricamente se disponen las cabezas nucleares en un misil de ese tipo) hasta una altura de 579 km.
"Able" murió cuatro días después del vuelo, debido a una reacción a la anestesia empleada en la operación que iba a retirarle un electrodo infectado. "Baker" vivió hasta el 29 de noviembre de 1984 en el Centro Espacial de Huntville, Alabama.
Los Perros
El primer animal en órbita fue la perra Laika, que tripuló el Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957. Laika murió entre cinco y siete horas después del lanzamiento, bastante antes de lo planeado. La causa de su muerte, que no fue revelada sino hasta décadas después del vuelo (2002), fue, probablemente, una combinación del estrés sufrido y el sobrecalentamiento que, tal vez, fue ocasionado por un desperfecto del sistema de control térmico de la nave.
Perra Laika
La U.R.S.S. organizó el vuelo del Sputnik 5 (también conocido como Korabl-Sputnik 2), que llevaba a los perros Belka y Strelka. Fue la primera misión espacial en llevar mamíferos a altura orbital y traerlos a tierra con vida. Uno de los cachorros de Strelka, Pushinka, nacida después de la misión, fue el regalo que Nikita Khruschev dio a Caroline Kennedy en 1961. Muchos de sus descendientes viven en la actualidad. En la década de los 50, un total de 57 misiones rusas fueron tripuladas por perros.
Belka y Strelka (Blanquita y Flechita en español) fueron las primeras en sobrevivir, de una docena de perros que enviaron al espacio después de la muerte de Laika.
Los chuchos Veterok y Ugolyok (Brisita y Ámbar en español) ostentan el récord canino con 22 días en el espacio.
Las Arañas
Recientes estudios indican que las arañas se pueden adaptar con facilidad a la vida en el espacio. Durante sus primeros días lucen “desorientadas”, y sus telarañas adoptan extrañas formas, pero luego de algunos dias logran crear telarañas con una presisa simetría. Experimento con arañas se ha convertido en uno de los pasatiempos favoritos de los astronautas. El comandante de la EEI, Mike Fincke comento: “Estamos impresionados con el hecho de que las arañas puedan adaptarse al espacio tan rapidamente”.
Otros animales
Francia, lanzó la primera rata al espacio el 22 de febrero de 1961. Dos ratas más fueron lanzadas en octubre de 1962. Un año más tarde (18-10-63) lanzaron al gato "Félix", con electrodos implantados en la cabeza para medir sus impulsos neuronales. "Félix" completó su misión y regresó con vida, aunque el siguiente gato espacial murió en su viaje.
En la Soyuz 20, lanzada el 17 de noviembre de 1975, un grupo de tortugas batieron el récord de estancia animal en el espacio, permaneciendo 90 días y medio a bordo de la nave.
El 12 de julio de 2006, Bigelow Aerospace lanzó su modulo espacial, el Genesis I. En el modulo se incluyeron cucarachas silbantes de Madagascar y alubias saltarinas mexicanas (semillas con las larvas vivas dentro de las polillas Cydia deshaisiana).
El 28 de junio de 2007, Bigelow lanzó el Génesis II, un modelo similar al Génesis I. Esta nave espacial cargó con las cucarachas silbantes de Madagascar, y además añadió escorpiones de piedra plana sudafricanos (Hadogenes troglodytes) y huevos de hormigas recolectoras (Pogonomyrmex californicus).
Albert, murió por sofocación al momento de ser lanzado al espacio en 1948.
Albert II fue lanzado al espacio el 14 de Junio de 1949. Desafortunadamante murió al impactar en su descenso.
Los pequeños Baker y Able fueron encapsulados en la cabeza de un misil que fue lanzado a casi 500 kilómetros de altitud y... sobrevivieron.
La unidad astronómica (UA) es una unidad de
distancia que equivale a 149.597.870,66 km. Es aproximadamente igual a la
distancia media entre la Tierra y el Sol, equivale a 8 minutos luz.
Modernamente se define como la distancia desde el Sol a una partícula sin masa
y libre de perturbaciones, que se mueve en una órbita circular alrededor del
Sol con un período orbital de 365.2568983 días (año gaussiano) de efemérides
Fue en el siglo XVI cuando Nicolás Copérnico
propuso que los planetas, incluida la Tierra, giraban alrededor del Sol,
descartando el modelo de Ptolomeo de acuerdo al cual la Tierra era el centro
alrededor del cual giraban los planetas y el Sol. Posteriormente Johannes
Kepler, basándose en las cuidadosas observaciones de Tycho Brahe, estableció
las leyes del movimiento planetario, las cuales se conocen justamente como las
"leyes de Kepler". La tercera de estas leyes relaciona la distancia
de cada planeta al Sol con el tiempo que tarda en recorrer su órbita (es decir
el equivalente del año) y, como consecuencia, establece la escala relativa del
sistema solar: basta con medir cuantos años tarda Saturno en darle la vuelta al
Sol para saber cual es la distancia de Saturno al Sol en proporción a la
distancia de la Tierra al Sol. Kepler estimó con muy buena precisión los
tamaños de las órbitas planetarias en términos de la distancia Tierra-Sol,
denominada "la unidad astronómica". Por ejemplo, fijó la distancia
entre Mercurio y el Sol en 0,387 unidades astronómicas (el valor correcto es
0,389) y la distancia de Saturno al Sol en 9,510 unidades astronómicas (el
valor correcto siendo 9,539). Sin embargo, ni Kepler ni ninguno de sus
contemporáneos sabían cuanto valía la, esta unidad astronómica, y por tanto
ignoraban completamente la escala del sistema planetario conocido, que en aquél
entonces se extendía hasta Saturno.
Desde los tiempos de Hiparco, un par de siglos
antes de Cristo, hasta los de Tycho Brahe, los astrónomos suponían que la
unidad astronómica era unas seiscientas veces mayor que el diámetro de la
Tierra, lo que vendría siendo unos siete y medio millones de kilómetros. A
falta de alguna medición los expertos debían conformarse con intentar adivinar
el valor, dando un número que no tenía mayor fundamento que el parecer
"adecuadamente" grande pero congruente con que el Sol fuera
comparable en tamaño con la Tierra. Kepler sospechó que el valor real debía ser
unas tres veces mayor (unos 22 millones de kilómetros), con lo cual,
incomodamente, el Sol debía ser quince veces mayor que la Tierra.
Partiendo de las leyes de Kepler, bastaba medir la
distancia de un planeta cualquiera al Sol, o a la Tierra, para conocer la
unidad astronómica. En 1659 Christian Huygens midió el ángulo que subtiende
Marte en el cielo y, atribuyendo un valor al diámetro de este planeta, estimó
que la unidad astronómica debía ser 160 millones de kilómetros, es decir siete
veces mayor que lo estimado por Kepler pero de hecho menos de 10% por encima
del valor real. Sin embargo esta medición no era aceptada ya que, como el mismo
Huygens reconoció, todo dependía del valor que uno atribuyera al tamaño de
Marte. Curiosamente, Huygens adivinó con notable exactitud el tamaño de Marte.
Se conocía otro método más fiable, pero que
requería mediciones muy difíciles de realizar: el método de paralaje. Si dos
personas situadas en puntos alejados de la Tierra, digamos en París y en
Tonantzintla, observan simultáneamente la posición de un planeta en el cielo en
relación a las estrellas de fondo, sus mediciones dan una pequeña diferencia
que corresponde al ángulo que subtiende la línea París-Tonantzintla vista desde
este planeta. Conociendo este ángulo, y la distancia París-Tonantzintla, se
deduce el valor de la unidad astronómica. En la práctica existían tres
dificultades: primero, no se conocían bien las distancias en la Tierra;
segundo, la medición del tiempo no era suficientemente precisa como para
permitir mediciones simultáneas entre puntos muy alejados; y, tercero, la
medición de la posición aparente del planeta en el cielo debía ser muy precisa.
Pasó más de medio siglo antes de que fuera posible medir el paralaje de un
planeta: en 1672 Jean Richer viajó a Cayenne, en la Guyana Francesa, para medir
la posición de Marte en el cielo en el mismo instante en que sus colegas en
París hacían la misma medición. Richer y sus colegas estimaron el valor en 140
millones de kilómetros.
Con el tiempo se desarrollaron métodos más precisos
y fiables para estimar la unidad astronómica, en particular el propuesto por el
matemático escocés James Gregory y por Edmund Halley (el mismo del cometa) que
se basa en mediciones del paso de Venus o Mercurio frente al disco solar,
empleado hasta principios de este siglo. Las mediciones contemporáneas se hacen
con técnicas láser o de radar y dan el valor 149.597.870 kilómetros, con una
precisión de uno o dos kilómetros.
La colisión entre las dos galaxias más grandes del
Grupo Local, la Vía Láctea y Andrómeda es un evento que se cree tendrá lugar en
el futuro, y en el cual las dos galaxias acabarán por fundirse en una galaxia
mayor (muy posiblemente, una galaxia elíptica).
Si bien se sabe que ambas galaxias se acercan a una
velocidad de alrededor de 300 kilómetros por segundo referida al Sol y que se
aproximarán dentro de aproximadamente 3000 millones de años, al desconocerse la
velocidad tangencial de Andrómeda no se sabe aún si se producirá en ese momento
tal colisión para ello habrá que esperar al lanzamiento de la misión Gaia en el
2013, con la cual se sabrá ese dato, ó más adelante; lo único que está claro es
que, con mucha probabilidad, tarde o temprano acabará por ocurrir, y así
investigaciones recientes realizadas con ayuda del Telescopio Espacial Hubble
no sólo confirman éste escenario sino que sugieren que la Vía Láctea y la
Galaxia de Andrómeda se acercarán mucho dentro de 3870 millones de años y que
la fusión final entre ambas tendrá lugar dentro de 5860 millones de años.
Con el paso de los años la galaxia de Andrómeda
parecerá ir aumentando de tamaño al irse acercando hasta llegar un momento en
el caso de que ambas galaxias fueran a chocar en el que el cielo estaría
dominado no sólo por la banda difusa que es como se ve nuestra galaxia, sino
también por Andrómeda, que aparecería probablemente similar a como la podemos
ver hoy, sólo que mucho mayor, lo suficiente como para poder ver a simple vista
su estructura espiral. Esta impresionante vista duraría unos pocos millones de
años, un tiempo breve en términos astronómicos, tras los cuales Andrómeda se
pondría de canto y su gravedad, combinada con la de la Vía Láctea, empezaría a
actuar, y tanto más cuanto más cerca estuvieran una de la otra. La interacción
gravitatoria entre las dos galaxias provocaría la acentuación de la estructura
espiral en ambas, así como un notable aumento de la formación estelar en las
dos al comprimirse el gas de sus discos, y colas de estrellas, gas, y polvo
expulsadas al espacio intergaláctico que eventualmente caerían de nuevo a las
dos galaxias o que se romperían formando galaxias satélites; en un primer
momento, Andrómeda y la Vía Láctea vistas desde lejos parecerían las galaxias NGC
2207 e IC 2163, las cuales actualmente están interaccionando, y al irse
alejando recordarían a la Galaxia de las antenas.
Las dos galaxias se alejarían una de la otra hasta
que su atracción gravitatoria las frenara y las obligara a acercarse de nuevo
la una a la otra, y esta vez de manera definitiva. Las dos chocarían finalmente
esta vez de frente, y el resultado de ello sería un violento brote de formación
estelar e incluso, dada la presencia de agujeros negros supermasivos en el
centro de cada galaxia, que tras fusionarse ambos con una violenta emisión de
ondas gravitatorias se acumulara gas allí que formara un quasar y la fusión
definitiva de las dos galaxias para formar posiblemente una galaxia elíptica
gigante, que ha sido bautizada con nombres como Lactómeda.
Es importante hacer notar que, pese a la violencia
del evento, las colisiones entre estrellas serían muy raras debido a su gran
pequeñez en comparación con la inmensidad del espacio que hay entre ellas si el
Sol fuera una canica de centímetro de diámetro, Alpha Centauri (la estrella más
próxima) estaría a alrededor de 300 kilómetros.
Ya en 1959 se sugirió la probabilidad de que éste
evento sucediera, pero hasta recientemente no ha podido verificarse lo que
ocurriría gracias al uso de simulaciones informáticas; las más recientes
confirman este modelo con diferencias como que, de acuerdo con dichas
simulaciones, por entonces quedará poco gas en los discos de Andrómeda y la Vía
Láctea, por lo que el mencionado brote estelar que se produzca será bastante
débil; sin embargo, puede quedar el suficiente para producir un núcleo
galáctico activo ó incluso el mencionado quasar al acumularse el gas en la
región central.
De acuerdo con investigaciones recientes, en éste
evento es muy posible que esté también involucrada M33, la tercera galaxia más
importante del Grupo Local. Los modelos sugieren escenarios que van desde una
colisión entre la Vía Láctea y Triángulo antes de producirse la colisión con
Andrómeda hasta una expulsión del Grupo Local de la segunda, pero la más
probable es que entre en una órbita alrededor de Lactómeda pero para acabar
también fusionándose con ella en un futuro aún más remoto.
En la región del carbón de los Montes Apalaches de
Pensilvania, al noreste de Estados Unidos, se halla Centralia, o más bien lo
que queda de esta pequeña población, que un día fue una próspera comunidad minera
y terminó convertida en un pueblo fantasma en cuyo subsuelo arde un infierno a
más de 700ºC.
En la región del carbón de los Montes Apalaches de
Pensilvania, al noreste de Estados Unidos, se halla Centralia, o más bien lo
que queda de esta pequeña población, que un día fue una próspera comunidad minera
y terminó convertida en un pueblo fantasma en cuyo subsuelo arde un infierno a
más de 680ºC.
Centralia es un pequeño pueblo ubicado en
Pensilvannia. Hace cinco décadas los pobladores llevaban una vida normal, como
la de cualquier otro; pero en 1962 la vida de todos ellos cambió, luego de
incendiarse una vieja mina de carbón que arde debajo de la ciudad… ya por 50
años sin apagarse!!
Fue precisamente el carbón el que dio lugar a la
fundación de la localidad a mediados del siglo XIX y sería ese mineral el
culpable de su desaparición.
Un fuego subterráneo iniciado de forma accidental
hace ahora 50 años cerca de una mina abandonada, acabó extendiéndose por el
subsuelo del pueblo, obligando a trasladar a la práctica totalidad de sus 1.200
habitantes y a derruir más de 500 casas.
El fuego se ha extendido por todo el pueblo,
destruyendo carreteras, casas, postes de luz y todo. Las llamas de la
superficie fueron apagadas por los bomberos, pero el carbón subterráneo siguió
ardiendo bajo las casas hasta hacerse un monstruo incontrolable. La extrema
calentura y los gases obligaron a los habitantes a huir del pueblo. Es un
verdadero pueblo fantasma que arde casi medio siglo. En el lugar hubo alguna
vez una sala de cine, 3 escuelas, una docena de restaurantes, una oficina de
correos e iglesias.
Hoy día, Centralia es un lugar abandonado y
fantasmal. La mina subterránea sigue ardiendo y se calcula que contiene carbón
para hacerlo durante 250 años más.
El aspecto actual de Centralia es lo más parecido a
una película de terror. De hecho, el lugar sirvió de inspiración para la
película “Silent Hill”. Aquí y allá, el monstruo ha levantado las calles o
partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo delatan los lugares
por los que trata de respirar.
La carretera estatal 61, que fue cerrada a mediados
de los 90, es un lugar auténticamente espectral. Un enorme cartel nos advierte
del peligro poco antes de llegar: “Incendio en mina subterránea. Adentrarse en esta
área puede ocasionar graves daños o la muerte. Gases peligrosos. Peligro de
hundimiento”. La fuerza del incendio ha rajado la carretera en dos; una
gigantesca grieta que cruza de un lado a otro como si la tierra acabara de
estallar.
Pueblo: Actualmente se calcula que la veta de carbón bajo
Centralia tiene unos 10 kilómetros de extensión y arde a unos 1.000 metros de
profundidad. Las autoridades se dieron cuenta de su existencia a mediados de
los 70. Los bomberos abrieron varios agujeros en la tierra para comprobar las
evoluciones del incendio y lo consideraban controlado hasta que el propietario
de una gasolinera local introdujo una vara para medir los tanques subterráneos
y descubrió que estaban a 80º C.
Poco tiempo después, un niño de 12 años fue
rescatado tras caer en un pozo de más de 40 metros que se abrió bajo sus pies.
A la vista de los acontecimientos, las autoridades se pusieron en marcha y en
1984 evacuaron la ciudad. Unas cuantas familias optaron por quedarse hasta que
en 1992 fueron expulsadas definitivamente.
Hoy día, lo poco que queda del pueblo ha sido
devorado por la vegetación. De vez en cuando algún grupo de despreocupados
turistas se aventura en las inmediaciones de la mina y se fotografía junto a
las humeantes chimeneas. Ignoran que, en cualquier momento, el monstruo puede
despertar.
CENTRALIA,1962
Centralia - full documentary
Asleep at The Wheel - "The Letter That Johnny Walker Read"